miércoles, 24 de octubre de 2012

Jornada de Champions

Partiendo de la base de que el Barça (junto al Madrid) es muy superior al resto de equipos, en los partidos de Champions apostar por una victoria segura es atrevido. Y si no que se lo digan a Tito Vilanova. Si el balón que punteó Jordi Alba se hubiera marchado por la línea de cal, hoy los escoceses presumirían de haber conseguido un punto de oro en el feudo blaugrana. Digo de oro porque el único peligro del Celtic se basaba en el juego aéreo y al contraataque, el cual, se desvanecía con las actuaciones de Bartra y Mascherano. Sencillamente, el Barça mereció ganar. Bombardeó insistentemente el área rival, posesión absoluta del balón y, aunque acusara el físico, nunca desmereció los tres puntos. En estos partidos, la camiseta añorada en el once es la de Busquets, matiz importante. El de Sabadell cuece la jugada, dosifica las fuerzas de los compañeros, realiza coberturas. Tipo de jugador en el cual se reencarnarían Del Bosque y Guardiola. Al final, Alba premió al Barça con el gol tan buscado.

Sellado prácticamente el pase a octavos, el Valencia ganó al Bate con un Soldado excepcional. Sus disparos certeros decidieron la batalla a favor de los ché. Tres golitos y balón para casa. Por cierto, Roberto se convierte en el primer español en lograr dos hat-trick en la máxima competición europea.

Hoy, turno para el R.Madrid en Alemania y ocasión histórica para el Málaga frente a un clásico europeo, el Milán. Aunque tasen como favoritos a los boquerones, ojito con el equipo de Allegri. 
Ambas selecciones presentaban sus credenciales como primeras de grupo para el Mundial de Brasil de 2014. El partido en el Vicente Calderón representaba una ceremonia del fútbol europeo, en la que selección y seguidores españoles se hallaban en comunión.

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