miércoles, 17 de octubre de 2012

Con la miel en los labios

Ambas selecciones presentaban sus credenciales como primeras de grupo para el Mundial de Brasil de 2014. El partido en el Vicente Calderón representaba una ceremonia del fútbol europeo, en la que selección y seguidores españoles se hallaban en comunión.

Durante el enfrentamiento, España balanceó la pelota de lado a lado sin poner en serios apuros a Lloris, excepto en el testarazo de Ramos al palo que materializó en segunda instancia. Cesc perdonó aumentar  la renta de los locales tras fallar una pena máxima. Conforme avanzaba el partido, la selección se alejaba de su fútbol y la mecha se consumía. El famoso doble pivote tan criticado se añoró. Xabi sufrió mucho sin su pareja de baile, Busquets. Dúo inseparable para Del Bosque. Ejemplo de ello fueron las numerosas pérdidas de media cancha hacia atrás que posibilitaron el desembarco francés en los dominios españoles. Quizás hubiéramos padecido menos con Javi Martínez y Ramos en la última línea y por delante la dupla de seguridad. Pero no se podían asumir riesgos. Los de Deschamps permitieron, tras un barullo monumental en el área de Casillas, hacer soñar a la hinchada francesa. Juanfran "regaló" una contra letal que Giroud no desaprovechó en el último suspiro.

España comenzó manejando el timón pero los últimos minutos de la primera parte dejaron entrever lo que, por infortunio, dominó en el segundo tiempo. Ausencia de ocasiones que indirectamente afectaba a la posesión del cuero, fundamental para La Roja. Y, en peor medida, gran falta de precisión en las distancias cortas. Empate justo con sabor a victoria para los franceses y que deja con la miel en los labios a los españoles. 

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