Los leones lucharon en San Mamés por conseguir un puesto en la final. En el último suspiro de partido, un grandioso Fernando Llorente empujó el balón con la punta de la bota para conducir a su equipo al Estadio Nacional de Bucarest. Partido completo de Fernando. Anteriormente, con dos gestos técnicos supremos asistió para que Susaeta e Ibai Gómez materializaran en la primera parte. Inconmensurable, único.
En Mestalla aguardaba un choque de alto voltaje. El resultado final fue injusto y engañoso. El Valencia realizó un partido muy serio pero no acertó de cara al gol, sobre todo en los primeros 45'. La bola se resistió. Y cuando el estallido iba a surgir en la grada, Courtois aparecía para sofocar las ilusiones chés. En la segunda mitad, Adrián se acomodó un balón en largo con el pecho para enviar un chut imparable a la escuadra de D. Alves. Golazo, uno más. Y cada vez más cerca de la selección. La peor noticia, a pesar de su partidazo, fue que Canales se volvió a romper. Mucho ánimo, que no vaya a más.
Tras quedarnos con cara de tontos en Champions, la final la de la Europa League la jugarán dos españoles. No, no son blancos ni culés. Son rojillos. Son Athletic y Atlético. Bucarest os espera.

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