Esta mañana, me levanté y me dijeron que Preciado había fallecido. Apresurado y sobrecogido, me dispuse a leer la prensa y, efectivamente, Manolo Preciado dijo adiós esta madrugada tras sufrir un infarto de miocardio. Un tipo entrañable, honrado y con dos huevos. Todo lo que le dio al fútbol se lo arrebató la vida. El fallecimiento de su mujer y su hijo en menos de dos años, no nubló la carrera de Manolo Preciado como entrenador en el fútbol, cuyo palmarés cuenta con cinco ascensos.
Fatalidades como ésta, "te da una idea de lo poco que somos", como bien dijo Del Bosque.
Mis más sinceras condolencias a su familia y amigos. Se va un grande del fútbol y, sobre todo, un gran humano. Allá donde estés, un abrazo muy grande de una modesta persona.
Descansa en paz