El tigre se comió a los leones. Dos genialidades de Falcao
decidieron el partido. Dos recortes magistrales en el área y dos tiros con la
zurda para acercar el título a Neptuno.
El Atlético salió desde el principio a por el partido. Los
colchoneros jugaron con una actitud seria y una intensidad inmensa. El Bilbao no brilló como nos tiene
acostumbrados. Practicó su mejor fútbol en la segunda parte y a la desesperada.
Lo desagradable se produjo al final con el llanto del equipo vasco. Ibai, Llorente,
Ander, Muniain y el resto de la plantilla desolados, llorando, derrumbados. El equipo madrileño le hizo el pasillo tras el final del partido. Gesto sublime, de valor. Deportividad fue el segundo nombre del partido. El primero, Radamel Falcao.
El recorrido de los dos equipos españoles en la Europa
League fue inmejorable. Cada uno con su estilo, diferentes, sí, pero
inmejorable. Un partido muy igualado aguardaba y decidirían los pequeños detalles.
Y así fue. Los despistes del Athletic en defensa les provocaron duras heridas
de guerra. Heridas que dejan huella. Heridas que no se pueden sanar pero sí aliviar
el próximo 25 de mayo en el duelo contra el Barça por la Copa del Rey.
Hoy ganó el Atlético de Madrid la Uefa Europa League. Justo
vencedor, justo campeón. Enhorabuena a todos los colchoneros. Una afición que
merece noches como éstas, noches de campeones.